jueves, 14 de octubre de 2010

EVALUACIÓN

El planteamiento de la evaluación en la Educación Infantil viene justificada básicamente por los objetivos:
  1. Saber si los niños han alcanzado los objetivos que nos hemos propuesto, y cómo lo ha logrado cada niño.
  2. Replantearnos el proceso educativo continuándolo o realizando las correcciones o modificaciones que conduzcan a una adecuación entre la intervención y el aprendizaje de los alumnos.
Los instrumentos de evaluación más frecuentemente utilizados en evaluación Infantil son los siguientes:
  • Entrevistas más o menos estructuradas.
  • Escalas de observación, que nos aportarán datos valiosos sobre cómo es, cómo está, cómo aprende... cada alumno. Las observaciones a consignar en estas escalas harán referencia a los diferentes ámbitos: motricidad, interacción social, tipo de juegos...
  • Registros anecdóticos, que recogerán aquellas situaciones o comportamientos que, por apartarse de lo habitual, requieren un análisis e interpretación más profundo.
  • Análisis de trabajos o actividades, en situaciones especialmente diseñadas para evaluar.
  • Diario de la clase, donde se recogerán los datos más relevantes de cada jornada.
  • La propia autoevaluación que constituye o debe constituir asimismo un objetivo de aprendizaje de especial importancia.
La Educación Infantil es responsabilidad principal de los padres, aspecto a considerar importante: la información que se debe extraer de los propios padres, y la que se debe ofrecer a éstos. Características:
  • Evitar los canales de comunicación “burocráticos”: Boletines de información poco comprensibles, empleo de excesivos tecnicismos, etc...
  • La información que se ofrece ha de destacar los aspectos positivos, los logros y progresos de los niños, más que las carencias y dificultades. Se debe evitar una presentación “patologizante” de la evaluación. Hay que considerar las implicaciones que, para la propia autoestima del niño, tienen los juicios que se vierten sobre él.
  • El educador ha de presentar una perspectiva, una opinión, sobre el proceso de e a, más que un juicio cerrado e indiscutible. Los canales de comunicación han de ser por tanto bidireccionales, recogiendo así la visión que sobre el niño tienen sus propios padres. · La información que se presenta ha de tener un carácter cualitativo y no cuantitativo.
  • Cuidar la confidencialidad de determinadas informaciones. Pueden ser enormemente perjudicial la presencia de terceros o del propio niño ante determinadas informaciones. El niño también debe sentir que determinados “secretos” o situaciones de clase no tienen repercusiones en el exterior, garantizando así un clima de intimidad.

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